Hace no mucho leí un libro en el que se afirmaba que el ser humano no fue creado junto con el mundo y todas sus criaturas, sino que se originó muchos años después, engendrado por una curiosa pareja: un ángel y un demonio.
Esta nueva especie adoptó las mejores cualidades de cada progenitor: la bondad, la piedad y la generosidad de los seres de luz y la crueldad, el rencor y el afán de destrucción de los señores del infierno.
Todos estaban intrigados con estas extrañas criaturas. Aprendieron a crear, admiraban la belleza y priorizaron el amor, cosa que agradó en gran medida a los ángeles. Pero la mejor parte fue para los demonios: eran seres destructivos, que cambiaban y acomodaban la creación divina para su comodidad y disfrute. Por algo no eran parte de ella...
Divertidos por su salvaje comportamiento, los demonios descendieron a la Tierra y se juntaron con esta nueva especie para estudiarlos y experimentar con ellos. Los ángeles, sin embargo, optaron por observar.
Y así, unos milenios después, solo hay que mirar alrededor...
Aunque, claro, no todo tiene que ser como nos lo cuentan...
Esta nueva especie adoptó las mejores cualidades de cada progenitor: la bondad, la piedad y la generosidad de los seres de luz y la crueldad, el rencor y el afán de destrucción de los señores del infierno.
Todos estaban intrigados con estas extrañas criaturas. Aprendieron a crear, admiraban la belleza y priorizaron el amor, cosa que agradó en gran medida a los ángeles. Pero la mejor parte fue para los demonios: eran seres destructivos, que cambiaban y acomodaban la creación divina para su comodidad y disfrute. Por algo no eran parte de ella...
Divertidos por su salvaje comportamiento, los demonios descendieron a la Tierra y se juntaron con esta nueva especie para estudiarlos y experimentar con ellos. Los ángeles, sin embargo, optaron por observar.
Y así, unos milenios después, solo hay que mirar alrededor...
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Aunque, claro, no todo tiene que ser como nos lo cuentan...