sábado, 15 de agosto de 2009

Desesperación


Deliverance by Sick Puppies on Grooveshark

¡Tengo ganas de gritar! Salir corriendo y gritar hasta quedarme sin fuerzas. Mi dolor de cabeza mira a mi alrdededor y no ve más que papeles, letras y números. Me quiero levantar de aquí y no puedo. Pero no aguanto más. Ya no se ni lo que hago ni lo que pienso. No se ni lo que estoy escribiendo...

No hago más que preguntarme "¿¿por qué??", y las razonables respuestas que llegan al puñetero desorden de ideas inconexas en que se ha convertido mi cabeza no son más alentadoras. Se perfectamente que la gran parte es culpa mía (me niego a creer que todo), y se también qué pasará si no le pongo remedio, pero joder, ¿¿por qué??

"Deja de lamentarte y solucionalo", qué fácil suena...

sábado, 8 de agosto de 2009

El duendecillo que te acompaña




De entre todos los duendes del mundo, existe uno que vive dentro de tu móvil. Su trabajo es sencillo y muy importante. Tiene que estar siempre muy atento, esperando a los sms que llegan. Cuando divisa uno, lo atrapa con sus pequeñas manos y te lo enseña por la pantalla.

Desde ahí adentro, el pequeño duendecillo observa alegre tu sorpresa al leer el mensaje de un viejo amigo, se asusta cuando las lágrimas caen por tus mejillas al leer tristes noticias y se decepciona ligeramente al ver cómo borras un sms poco importante sin apenas leerlo. Entiende a la perfección esa sonrisa cómplice o ese ligero rubor cuando lo que lees te hace sentir feliz y comparte contigo algún que otro nudo en la garganta.

Pero... ¿qué hay del pequeño duendecillo? Desde su diminuto rincón te transmite todo tipo de emociones viéndolas pasar por delante suyo, ya que ninguna es para él.

Es un duende muy trabajador. Te acompaña adonde quiera que vayas, siempre en tu bolsillo o en tu bolso y se siente bien cuando el tintineo de tu móvil te enciende la curiosidad. Sería una desconsideración echarlo de su pequeño hogar.

Pero a veces, siempre que la ocasión lo permita, está bien sacar a nuestro duendecillo y sentárnoslo al hombro. Y juntos, acercarnos a la persona destinataria de nuestro mensaje para hacerselo llegar. No siempre es fácil, a veces incluso puede resultar duro. Pero no hay que olvidar que siempre tendremos a nuestro duendecillo para apoyarnos.

Y de esta forma, las lágrimas serán más dulces, las sonrisas más sinceras, las decepciones más llevaderas y la felicidad más real.

Sea como sea, no os olvidéis de vuestro pequeño duendecillo ^^



sábado, 1 de agosto de 2009

Jib Jab

Sigo queriendo dar un tono serio a esta cosa que llamo blog... pero hay cosas que no se pueden evitar xD





Pasaos por http://sendables.jibjab.com ¡Son absolutamente geniales!