miércoles, 15 de julio de 2009

Soledad




La soledad está infravalorada. Es un sentimiento que al nombrarlo suena horrible, y nadie lo quiere para sí. Suele ser la respuesta a la puñetera pregunta "¿y tú a qué le tienes miedo?", respuesta que suena muy profunda y elegante, por cierto.

A todo el mundo nos gusta disfrutar de una animada compañía, que te escuche y a quien poder escuchar, que te ayude y comparta su tiempo contigo.

Pero, ¿qué hay de esos momentos en los que el tiempo es solo para ti? Momentos en los que poder hacer lo que te gusta, tranquilamente, sin tener que explicarselo a nadie. Es una especie de libertad que solo se manifiesta cuando no hay nadie más alrededor, o simplemente te da igual. Un paseo con o sin rumbo, un rato de lectura con la puerta cerrada, cantar con la música muy alta sin nadie que se queje... o simplemente sentarte a escribir.

En esta caótica vida en la que resulta tan fácil ahogarse entre la multitud, es importante saber valorar los momentos de soledad, instantes en los que el tiempo es tuyo y solo tuyo.

Soplos de dulce egoísmo.