Luces

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¿Habéis probado alguna vez a quitaros las gafas por la noche y mirar por la ventana? No importa mucho si es la de tu habitación o la de un autobús, ni es necesario siquiera que haya una ventana.  

Luces. Mires adonde mires no verás más que luces. Amarillas y blancas en su mayoría, también rojas y verdes. Grandes y pequeños círculos de luz difusa que te rodean y te roban el pensamiento por unos momentos. Te das cuenta de que vives en un mar de puntos brillantes. Montones de ellos, por todas partes, moviendose con el ritmo de una melodía cambiante.

Es una visión realmente bonita. Aunque no se muy bien si esa belleza reside en el color y el contraste o en el hecho de haber descubierto algo que siempre ha estado ahí. Algo que sencillamente no te habías parado a observar.

Alguna ventaja tendremos los miopes...

La ciencia en españa no necesita tijeras

Esta iniciativa ha surgido del Blog cultural La Aldea Irreductible y tiene más de 800 seguidores, además del apoyo de algunos medios de comunicación. Su objetivo: hacer ver que el recorte del presupuesto en I+D no tiene ningún sentido, y que afecta e importa a más personas de las que pueda parecer.

Para ello, se ha propuesto a todo el que quiera escribir hoy una entrada con una razón por la cual creas que este recorte no debería hacerse. No cuesta nada, y quien sabe...

Mi razón:

La ciencia y la investigación es la base del desarrollo. Por tanto, la labor de los científicos es esencial hoy en día. Y me parece vergonzoso que para que una persona pueda dedicar su vida a la investigación tenga que emigrar a otros países. Ya no solo por los medios, sino porque el trabajo de investigación es uno de los oficios peor pagados.

Se suele decir que "si pretendes ser científico, o tienes mucha suerte, o te morirás de hambre". ¿Hasta cuando vamos a dejar que sea cierto? Vamos a ser un poco coherentes...

El tiempo

Nadie puede decir lo que es el tiempo. Lo único que sabemos de él es que pasa. A veces rápido, otras demasiado lento, pasa y no vuelve. No es que sea malo, es más bien lo que tiene que pasar.

Pero a veces estaría bien poder acelerarlo, o hacer que los segundos pasasen más despacio, hasta incluso llegar a pararlo. Que todo fuese tan sencillo como en una cajita de música.

El ritmo de la canción solo depende de las vueltas que le des...

Desesperación

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¡Tengo ganas de gritar! Salir corriendo y gritar hasta quedarme sin fuerzas. Mi dolor de cabeza mira a mi alrdededor y no ve más que papeles, letras y números. Me quiero levantar de aquí y no puedo. Pero no aguanto más. Ya no se ni lo que hago ni lo que pienso. No se ni lo que estoy escribiendo...

No hago más que preguntarme "¿¿por qué??", y las razonables respuestas que llegan al puñetero desorden de ideas inconexas en que se ha convertido mi cabeza no son más alentadoras. Se perfectamente que la gran parte es culpa mía (me niego a creer que todo), y se también qué pasará si no le pongo remedio, pero joder, ¿¿por qué??

"Deja de lamentarte y solucionalo", qué fácil suena...

El duendecillo que te acompaña

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De entre todos los duendes del mundo, existe uno que vive dentro de tu móvil. Su trabajo es sencillo y muy importante. Tiene que estar siempre muy atento, esperando a los sms que llegan. Cuando divisa uno, lo atrapa con sus pequeñas manos y te lo enseña por la pantalla.

Desde ahí adentro, el pequeño duendecillo observa alegre tu sorpresa al leer el mensaje de un viejo amigo, se asusta cuando las lágrimas caen por tus mejillas al leer tristes noticias y se decepciona ligeramente al ver cómo borras un sms poco importante sin apenas leerlo. Entiende a la perfección esa sonrisa cómplice o ese ligero rubor cuando lo que lees te hace sentir feliz y comparte contigo algún que otro nudo en la garganta.

Pero... ¿qué hay del pequeño duendecillo? Desde su diminuto rincón te transmite todo tipo de emociones viéndolas pasar por delante suyo, ya que ninguna es para él.

Es un duende muy trabajador. Te acompaña adonde quiera que vayas, siempre en tu bolsillo o en tu bolso y se siente bien cuando el tintineo de tu móvil te enciende la curiosidad. Sería una desconsideración echarlo de su pequeño hogar.

Pero a veces, siempre que la ocasión lo permita, está bien sacar a nuestro duendecillo y sentárnoslo al hombro. Y juntos, acercarnos a la persona destinataria de nuestro mensaje para hacerselo llegar. No siempre es fácil, a veces incluso puede resultar duro. Pero no hay que olvidar que siempre tendremos a nuestro duendecillo para apoyarnos.

Y de esta forma, las lágrimas serán más dulces, las sonrisas más sinceras, las decepciones más llevaderas y la felicidad más real.

Sea como sea, no os olvidéis de vuestro pequeño duendecillo ^^

Jib Jab

Sigo queriendo dar un tono serio a esta cosa que llamo blog... pero hay cosas que no se pueden evitar xD





Pasaos por http://sendables.jibjab.com ¡Son absolutamente geniales!

Soledad

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La soledad está infravalorada. Es un sentimiento que al nombrarlo suena horrible, y nadie lo quiere para sí. Suele ser la respuesta a la puñetera pregunta "¿y tú a qué le tienes miedo?", respuesta que suena muy profunda y elegante, por cierto.

A todo el mundo nos gusta disfrutar de una animada compañía, que te escuche y a quien poder escuchar, que te ayude y comparta su tiempo contigo.

Pero, ¿qué hay de esos momentos en los que el tiempo es solo para ti? Momentos en los que poder hacer lo que te gusta, tranquilamente, sin tener que explicarselo a nadie. Es una especie de libertad que solo se manifiesta cuando no hay nadie más alrededor, o simplemente te da igual. Un paseo con o sin rumbo, un rato de lectura con la puerta cerrada, cantar con la música muy alta sin nadie que se queje... o simplemente sentarte a escribir.

En esta caótica vida en la que resulta tan fácil ahogarse entre la multitud, es importante saber valorar los momentos de soledad, instantes en los que el tiempo es tuyo y solo tuyo.

Soplos de dulce egoísmo.

Cuando las nubes se paran...

Releyendo, he de decir que la letra de la canción no tiene mucho que ver con lo que he escrito, pero la he estado escuchando este rato y bueno, un poco de fondo musical nunca va mal...

Hace unos días estaba esperando en la calle, el por qué es lo de menos. Estaba con el mp3 mirando hacia todas partes y hacia ninguna en concreto. Gente desconocida que pasa y probablemente no vuelvas a ver, ajena a ti y a todo lo que te concierne excepto en el momento en el que te cruzas con ella. En segundo plano, coches que llenan la carretera de un colorido metálico y cambiante. Máquinas que llevan en su interior a más gente que ni siquiera se dará cuenta de que estás ahí.

Y más allá, edificios. Esos edificios no tienen nada de especial.

Hace un poco de viento.

Por alguna razón miro el edificio que tengo detrás. Nada fuera de lo habitual. Subo la mirada hacia el tejado que desde donde me encuentro no soy capáz de ver. Pero es algo mucho más curioso lo que encuentro. Desde mi posición, al pie del edificio, mirando hacia arriba, veo como se mueven las nubes... o como las nubes se paran mientras yo me muevo.

Es una sensación extraña. Por un momento te olvidas de que el viento es la causa para sentir una sensación de inestabilidad al ver como el edificio que miras, contigo debajo, se mueve a una velocidad de vértigo.

Parece una tontería, de hecho no creo que tenga demasiada importancia, pero en ese momento me di cuenta de que todo a mi alrededor se movía, cambiaba, de forma que cada instante que pasaba hacía que nada fuese igual a como lo había sido apenas un momento antes. Gente pasando, coches circulando, hojas revoloteando, voces silvando, pensamientos fluyendo, oportunidades huyendo, sueños naciendo...

... y me sentí pequeña.

Me sorprendí sonriendome a mi misma.

Nunca Jamás

Podría haber escrito esto el dia uno de este año que empieza para desearos a todos con unas bonitas palabras unos 365 dias muy felices. Pero soy más de los que piensan que las palabras no tienen sentido sin acciones que las secunden. Soy más de la opinión de que es mucho mejor hacer que desear. Así que transformare esas pocas palabras a comienzo de año en conversaciones, risas, tonterias y bromas varias mucho mejor repartidas.

No era así como tenía pensado empezar. Quería hacer una reflexión sonbre algo bastante simple. Cuando hablas con la gente, enseguida tachan la navidad de una fiesta absurda y consumista. En parte tienen razón, ya casi nadie entiende la navidad como lo que es, una fiesta religiosa. Pero yo quería incidir más bien en la cuestión de los regalos, concretando más, en la de recibirlos. 

Después de llevar ya un tiempo en el bando de los reyes magos, comprando y preparando todo a última hora, no se puede reprimir una sonrisa cuando llega la noche y te encuentras un paquete que lleva tu nombre, que no esperabas y que no habías puesto ahí. Lo que haya dentro puede gustarte más o menos, yo hablo del momento inesperado en el que te das cuenta de que también hay lugar para ti en una fantasía que en principio sólo es para los niños.

¿Cuándo dejamos de ser niños? Demasiadas obligaciones hacen que el sentimiento infantil vaya enterrandose poco a poco. Siempre hay demasiadas cosas que hacer, no hay tiempo para la ilusión, no hay tiempo para ser niño. No hay tiempo. 

Hay un lugar en el que el tiempo no existe, un lugar que se mantiene vivo en la imaginación y muere cuando lo olvidamos... 

No dejeis que desaparezca.
 

Feliz No Cumpleaños